sábado, 15 de marzo de 2014

De Argos a Sérifos y de Sérifos a Argos

Argos (en griego antiguo, Άργος) es una ciudad griega del Peloponeso, en la prefectura de Argólida, situada cerca de la capital de la prefectura, Nauplia, su puerto histórico.

Se encontraba a unos 5 km de la costa y tenía una ciudadela llamada Larisa. Argos es considerada la ciudad más antigua de Grecia. Su fundación data del 2000 a. C. En el pasado fue una ciudad próspera, de la que hoy subsisten ruinas. 








  




Argivo es uno de los héroes más conocidos de la mitología griega: Perseo, héroe que figura entre los antepasados de Heracles. 



Un oráculo le advierte a Acrisio, rey de Argos, que el hijo de Dánae (hija del propio Acrisio) sería el causante de su muerte. Acrisio, asustado, manda construir una cámara subterránea de bronce en la que encierra a Dánae. Pero ella termina teniendo un niño. Las teorías más aceptadas dicen que Zeus, transformado en lluvia de oro, penetró por una grieta del techo y obtuvo el amor de la joven. Dánae, con ayuda de su nodriza, crió a su hijo en secreto durante varios meses. 


Un día, el niño, jugando, gritó y Acrisio lo escuchó. Decidió matar a la nodriza y arrojó al mar a su hija y a su nieto encerrados en un cofre de madera. El cofre, sin embargo, no se hundió, sino que llegó flotando a la isla de Sérifos. 

La isla de Sérifos (griego Σέριφος) es un pequeña isla griega del mar Egeo, localizada en las Cícladas occidentales, al sur de la isla de Citnos y al noroeste de la de Sifnos. Tiene una superficie de unos 70 km² y dista unos 170 km del Pireo. 









Dánae y su hijo fueron recogidos por Dictis, quién los acogió y educó al niño, el cual poseía una extraordinaria belleza y un gran valor. El rey Polidectes se había enamorado de Dánae, pero Perseo velaba por su madre. Polidectes invita a sus amigos y a Perseo a un banquete.  Mientras este se celebra, Polidectes pregunta a sus invitados qué regalo le van a ofrecer y estos le responden que un caballo. Perseo le responde que le traerá la cabeza de la Gorgona. Al día siguiente los príncipes le llevan los caballos y Perseo llega con las manos vacías. Polidectes le pide la cabeza de la Gorgona y si Perseo no regresa con ella, se apoderará a la fuerza de Dánae.


Hermes y Atenea acuden en ayuda de Perseo y le proporcionan los medios para cumplir su imprudente promesa. Perseo acude al encuentro con las tres Grayas, que tenían, entre las tres, un solo ojo y un solo diente, de los cuales se apodera Perseo y se niega a devolvérselos hasta que no le indiquen el camino hacia la mansión de las Ninfas. Las Ninfas le entregaron las sandalias aladas, un zurrón llamado "kibisis" y el casco de Hades. el cual volvía invisible a quién se lo pusiera. Hermes lo armó, además, con una hoz de acero muy duro y cortante. 

Perseo se dirigió a la mansión de las Gorgonas: Esteno, Euríale y Medusa. Ellas estaban dormidas. Solo Medusa era mortal, por  tanto, sólo podía apoderarse de su cabeza. Las Gorgonas eran monstruos con un cuello protegido por escamas de dragón y colmillos semejantes al de un jabalí. Sus manos eran de bronce y poseían alas de oro. Además con su mirada transformaban todo en piedra.





Perseo se elevó gracias a las sandalias y, mientras Atenea sostenía encima de Medusa un escudo de bronce bruñido a modo de espejo, él decapitó al monstruo. Del cuello de Medusa surgió un caballo, Pegaso, y un gigante, Crisaor

En su camino de regreso, Perseo pasó por Etiopía, donde encontró a Andrómeda atada a una roca. Perseo sintió pena y le prometió al padre de Andrómeda, Cefeo, que liberaría a su hija si se la daba por esposa. Este aceptó y Perseo, gracias a las armas que tenía, pudo matar al monstruo marino que iba a devorar a Andrómeda. 
El matrimonio de Perseo tuvo dificultades, ya que un tío de Andrómeda, Fineo, era quién debía casarse con ella y estaba planeando un complot. contra el joven, pero Perseo lo descubrió y con la cabeza de Medusa transformó a Cefeo y sus cómplices en estatuas de piedra. 

Perseo regresa a Sérifos acompañado de Andrómeda. Y se entera de que Polidectes había querido apoderarse de Dánae a la fuerza. Perseo se venga, penetrando en la sala donde el tirano se hallaba reunido con sus amigos y covirtiéndolos a todos en estatuas de piedra. Después entregó la isla de Sérifos a Dictis, su padre adoptivo. Perseo devolvió el zurrón, las sandalias y el casco de Hades, mientras  Atenea colocaba la cabeza de Medusa en el centro de su escudo. 

Perseo, junto con Andrómeda, se dirige a Argos, su patria, para ver a su abuelo Acrisio. Este se entera y, temiendo el presagio del oráculo, huye al país de los pelasgos. Allí Teutámides había organizado unos juegos en honor de su fallecido padre y Perseo decide participar en estos juegos. 
Al lanzar el disco, Perseo le da en el pie a Acrisio, que estaba allí como espectador, y muere. 

Al enterarse Perseo de que había matado a su abuelo, no se atreve a regresar a Argos, así que decide cambiar Argos por Tirinto, donde reinaba su primo Megapentes. A Perseo se le atribuyen las fortificaciones de Midea y de Micenas.

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